jueves, 30 de diciembre de 2021

La seguridad y la responsabilidad en el guiado en excursiones de turismo en la naturaleza

La palabra seguridad deriva del latín “securitas”, proveniente del adjetivo “securus” que significa “sin preocupación”. En turismo activo, llamamos seguridad a un estado en el que las fuentes y condiciones capaces de provocar daños de cualquier tipo en los participantes están identificados, evaluados y tratados de forma tal que la actividad se desarrolle preservando la integridad de las personas. Es, en suma, la ausencia de riesgo derivado de los peligros existentes en los ambientes agrestes.
Es importante destacar la responsabilidad que les cabe, respecto de la seguridad, a quienes conducen cualquier tipo de actividad en ambientes agrestes, pero estamos lejos de la época en que la seguridad dependía exclusivamente de la expertía de los guías especializados. Siendo la seguridad un aspecto primordial en las actividades de turismo activo, hemos de construirla abarcando la totalidad de los elementos de un sistema en el que la expedición, en sí, es el producto final. 
Esta es la razón por la cual es imperativo incorporar la gestión de riesgos de manera sistémica en nuestras organizaciones, sin importar el tamaño de éstas. Debemos recordar que, además de que ser operadores, prestadores y guías especializados seguros, que es la base de nuestro quehacer (y también la de nuestro negocio) tenemos una doble responsabilidad, que llamamos ascendente y descendente.

Llamamos responsabilidad ascendente a la que asumimos frente al Estado, a los entes de regulación y control y ante las autoridades de aplicación. Cuando el Estado, a través de los organismos pertinentes, nos autoriza (a través de habilitaciones y licencias) a realizar como empresa, como operador, como prestador o como guía especializado, actividades de turismo activo con clientes, asume que vamos a cumplir con todas las normativas que nos incumben, y que vamos a actuar diligentemente, velando por la seguridad a través de un sistema de gestión de riesgos.
La responsabilidad descendente es la que asumimos frente a nuestros clientes, externos o internos, en orden a la seguridad. Incluso cuando actuamos como "guías benévolos", esto es: sin cobrar por nuestros servicios. 
Ambas responsabilidades nos obligan legalmente. Dedicaremos artículos específicos a este importante tema.