lunes, 26 de agosto de 2019

La forma de batir en Búsqueda y rescate


La búsqueda de indicios


Es importante remarcar que, en un operativo de búsqueda y rescate, si bien buscamos personas, debemos estar atentos a la presencia de indicios que nos orienten hacia lo que buscamos. Llamamos indicios a objetos, señales, olores y todo aquello que tiene alta probabilidad de evidenciar el paso de los extraviados por ese sitio. Personas a buscar es una, o unas pocas. ¡Indicios, en cambio, pueden ser muchos! La presencia de indicios ayuda a ajustar la búsqueda.
Es que la persona extraviada genera, voluntaria o involuntariamente, señales que si son “leídas” por los rescatistas aceleran el momento del rescate. Si bien son el entrenamiento y la experiencia las que dan al rescatista la habilidad para descubrir indicios, es menester saber observar, realizando un escaneo metódico del terreno que evite dejar áreas sin explorar. Se revisan el suelo, la vegetación, los matorrales y arbustos, para descubrir vegetación marcada por el paso de los extraviados, objetos personales perdidos, comida reciente, fuegos apagados hace poco tiempo, jirones de ropa, heces humanas, marcas dejadas en forma premeditada, huellas en zonas barrosas, de polvo de tierra, ceniza volcánica o nieve, columnas de humo o resplandor de fuego, señales lumínicas, etc. Hay indicios audibles, como gritos, pedidos de auxilio, sonido de silbatos. No siempre son, los indicios, evidentes o claros. Por ello es tan importante entrenar la técnica de la observación activa.
Nunca se debe descartar o pasar por alto un indicio, si existe alguna posibilidad de que pertenezca a las personas buscadas. Cuando un indicio es hallado, es menester informar al COT, que lo consignará en el mapa de la búsqueda, ya que varios indicios pueden dar una dirección de la marcha del extraviado, por lo que hasta puede ser necesario replanificar la estrategia de búsqueda.

La forma de batir

La marcha de la cuadrilla debe ser lo más silenciosa posible, para poder escuchar eventuales pedidos de socorro u otros sonidos que nos orienten. Sólo uno de los rescatistas de la cuadrilla, cada minuto, dará voces de alerta, quizá con el nombre del extraviado si se lo conoce, y agregando “¡somos rescatistas!”. La cuadrilla evitará, durante la batida, conversaciones que no versen sobre el trabajo que se está realizando. A esto lo llamamos “cuadrilla estéril”.
Es sumamente importante saber mirar. No dejar nada sin revisar. Recordamos: no buscamos sólo personas: también los indicios que van dejando, y éstos pueden ser pequeños, o poco perceptibles. Tomemos conciencia también que una zona batida es una zona descartada, y por lo mismo si había algo importante y se nos pasó, posiblemente nunca lo volvamos a encontrar. Por eso, hay que desarrollar una disciplina de “escaneo” visual que mire y vea. Y si es necesario, nos detenemos para observar mejor algo que nos llamó la atención, la más mínima desarmonización en el terreno. En una palabra: nos centramos en la percepción. Debemos estar concentrados, atentos. La cuadrilla, de ser necesario por la complejidad del terreno (mucha vegetación, por ejemplo) adecuará el ritmo de marcha a fin de poder explorar bien.
Cuando la búsqueda es nocturna, la observación se hace más difícil. Debemos contar con buenas linternas, potentes. Y el escaneo debe ser tan minucioso como en las horas diurnas.

El comportamiento probable de una persona extraviada y su incidencia en la búsqueda

No es fácil determinar cómo se comportará una persona extraviada, pero el sentido común nos aporta algunas ideas que debemos tener en cuenta:
-Es muy probable que no avance de noche, y que en cambio permanezca en un lugar que le inspire confianza.
-Quizá esté exhausto, por lo cual evitará los avances esforzados: bosque cerrado, cuestas empinadas.
-Es frecuente que siga los cursos de agua, por el imaginario de que ellos conducen siempre a puestos habitados.
-Si encuentra sendas de animales (las que usan para ir a las aguadas), no siempre las identificará como tales, sino que puede confundirlas con sendas humanas y seguirlas. Por tanto deben ser exploradas.
-En zonas montañosas, y si está con fuerzas, puede buscar altura para ver con claridad su situación y posible recorrido posterior.
-Es posible que evite los neveros si la nieve está blanda (por el esfuerzo de marcha que implica) optando por recorrer los sectores rocosos.
-Si es un niño o adolescente, probablemente tenga miedo a la obscuridad, a los animales (por lo que no gritará pidiendo auxilio para no atraerlos), y quizá se quede en un lugar esperando la ayuda, aunque esto último no puede asegurarse.

Técnicas de atracción diurna y nocturna

Una vez por minuto uno de los integrantes de la cuadrilla gritará el nombre del extraviado, junto con la consigna “somos rescatistas”. También se pueden usar silbatos de buena potencia. ¡Recordar el silencio, entre llamado y llamado, para escuchar si hay respuesta! De noche también se usa el sistema de llamado o silbato, pero además las linternas de los rescatistas son una señal visible a la distancia. También se pueden usar ese tipo de marcadores láser llamados “buscaestrellas”, ya que trazan una señal lumínica muy visible a la distancia. Se apunta al cielo y se lo enciende a intervalos, para llamar la atención del extraviado.

Tareas periódicas de seguimiento operativo

El jefe de la cuadrilla, o el responsable de las comunicaciones, informará al COT del progreso de la batida, a fin de que en el COT se vayan marcando las zonas batidas en el mapa. Esto permite tener un panorama claro del avance de la búsqueda. También se informa (¡es sumamente importante!) el hallazgo de indicios, aun cuando no se tenga la seguridad plena de que pertenezca a la persona buscada. En el COT, se va señalando en el mapa la locación de cada indicio encontrado, a fin de ir generando una “línea de avance” del extraviado. Se informará también si un área específica no pudo batirse por alguna razón, para que se asiente en el mapa. Por lo demás, las comunicaciones ordinarias (“el trabajo continúa sin novedad”) se realizan en los plazos estipulados por el Comando.