La senda que
describimos es la que conduce a la cumbre Norte del Cº Falkner, aquella que
puede ser alcanzada por cualquier persona con entrenamiento y algunos
conocimientos de marcha por senderos de montaña, ya que la cumbre principal del
cerro, la cumbre Sur, reclama una travesía por un filo muy quebrado que lleva
mucho tiempo y presenta numerosas dificultades (Fig. 3), por lo que se recomienda hacer
esta excursión contratando los servicios de un guía de montaña, y puede llevar
dos días, haciendo un campamento en altura. En la Figura 4 se ve un lugar, junto a la cumbre norte, donde se puede acampar con una o dos carpas.
Recordamos la
necesidad de completar el registro obligatorio de trekking, que se hace vía web
en el sitio www.nahuelhuapi.gov.ar, o en su defecto en la casa del guardaparque que
se encuentra en el camino de los 7 lagos a unos metros al sur del río Pichi
Traful.
Es necesario
llevar agua (a partir de mediados de diciembre es difícil encontrar agua en la
parte alta del cerro), abrigo (aunque sea verano, en el filo puede correr
viento fresco, y la temperatura es al menos 6 o 7º inferior a la de la base),
protector solar, gorro para sol y abrigo, gafas con protección UV, un pequeño
botiquín para cualquier eventualidad, una vianda, bolsas para retornar los
residuos que generemos (y los que encontremos por allí) y muchas ganas de
caminar y de sacar fotos, ya que la vista es magnífica a lo largo de toda la
caminata. En diciembre tendremos posibilidad de contemplar inmensa cantidad de
flores: notros, arvejillas, frutilla, radales en flor, calafate, e incluso, con
suerte, algunas orquídeas salvajes, entre otras muchas especies.
La senda es
relativamente sencilla para quien está acostumbrado a subir montañas, pero con
fuerte desnivel en la mayor parte de su traza. la ida y la vuelta, nos
insumirán entre 6 y 9 horas, según el ritmo que le impongamos a nuestra marcha.
Para tomar la
picada, debemos dejar el auto (si fuimos en él) en el Camping Libre que está
entre la ruta, el río Villarino y el lago del mismo nombre. Desde allí cruzamos
la ruta y avanzamos en dirección sur (hacia Villa Angostura) unos 100 metros,
hasta una tranquera (Fig. 1) donde carteles de Parques nos informan de todo lo que
necesitamos saber para subir al Cerro. Cruzamos la tranquera cuidando de
cerrarla bien (estamos en una zona con explotación ganadera a cargo de una
comunidad). Una vez cruzada la tranquera, avanzamos unos minutos por un camino
de ripio para vehículos hasta que encontramos, a la derecha, una senda marcada
con un cartel, que nos deja en un minuto más en un alambrado que no debemos
cruzar. La senda tuerce hacia nuestra derecha, indicada con estacas pintadas en
sus puntas de color amarillo. A nuestras espaldas queda el magnífico cerro
Buque. Cada tanto, en los árboles, hay chapas con pintura reflectante aptas
tanto para la orientación diurna como la nocturna. Los primeros diez minutos la
picada sube con una inclinación aceptable entre coliguales, coihues, lauras,
radales y otras especies autóctonas. Al cabo de estos diez minutos comenzaremos
a escuchar un arroyo que, cuando lleva agua (es probable que en algunas
temporadas tenga muy poca) nos dará la primera de las dos únicas oportunidades
de cargar nuestra cantimplora si hemos olvidado hacerlo antes. El arroyo no se
ve hasta más adelante, y hay que bajar unos metros saliendo de la picada para
alcanzarlo. Comienzan entonces los caracoles, no demasiado exigentes pero que
sin embargo suben. Y aparecen las primeras vistas del lago Villarino y los
cerros del Oeste. Unos 20 a 25 minutos un espacio abierto nos permite apreciar
el lago Villarino, el Falkner (aún parcialmente), el río Villarino que los une,
la ruta 40 (7 lagos), el cerro Buque y los cerros del Oeste. Mas o menos una
hora después llegamos a un hermoso bosque de lengas y Coihues que nos invita a
hacer un alto bajo su sombra, para un corto descanso. La picada baja un poco,
vuelve a subir, y sigue avanzando por el bosque, que por unos minutos y para nuestra
alegría se hace plano. Pronto llegamos a un arroyito que queda a nuestra
derecha, bien cerquita de la picada. Es el último del recorrido, y constituye
(si tiene agua) nuestra última oportunidad para cargar cantimploras. A unas dos
horas y cuarenta y cinco minutos de haber comenzado, se termina el bosque de
lengas y coihues, y comienza la lenga achaparrada. Cinco minutos de abrupta
subida por la lenga achaparrada nos conducen por fin a la zona de pedreros y
arenales que nos llevarán a la cumbre. Al principio la senda discurre entre el
borde superior de las lengas y la zona de pedreros, siguiendo dirección Oeste (Fig. 2).
Pero pronto empieza a subir sin contemplaciones. Si no hay nieve, veremos con
comodidad las marcas de pintura, y desde cada una de ellas podemos (buscando un
poco) encontrar la siguiente. Esta zona es un poco incómoda ya que hay mucha
arena que hace más cansadora la marcha. Pero en cambio tenemos una vista
esplendorosa. Es hora de calzarnos el sombrero, las gafas y de untarnos con
protector solar. La ruta es visible siguiendo las marcas. A paso resignación,
en una hora y veinticinco minutos llegaremos a la cumbre, que significa el
premio al esfuerzo. Vale la pena quedarse un rato largo aquí, y si el día no
presenta nubes veremos hacia el Sur el Brazo Norte del lago Traful, el Cerro
Filo Negro (1850) y más al sudeste el cerro Pichi Traful (2015). Al Oeste se
distingue claramente el Cerro Crespo (2139), y junto a la ruta, el laguito
escondido; al NO el Lago Villarino, al N el Lago Falkner, el Cero Buque y la
traza de la ruta 40; y al Este, allá lejos, el Lago Filo Hua Hum.
El regreso es por
la misma senda. Más descansado, de cualquier manera requiere cuidado
especialmente en la zona de piedras y arenales. ¡A cuidar las rodillas!
No se arrepentirá
de haber hecho esta excursión. ¡Y no se olvide de elongar un rato largo al
llegar a la base, para que al día siguiente no le duela hasta el pelo!
Raúl Llusá
Fig. 1 |
Fig. 2 |
Fig. 3 |
Fig. 4 |
Fig. 5: cumbre principal (Sur) |
Fig. 6: en la cumbre |
Fig. 7. Al fondo lago Falkner y luego lago Filo Hua Hum |